Saint Seiya - Introducción

"Se cuenta que con un revés de mano, eran capaces de desgarrar el cielo y que de un sólo puntapié, abrían grietas en la tierra"

Cuenta la leyenda que Atena, fue hija de Zeus y Metis, Diosa de la sabiduría. Su educación le fue encomendada a Poseidón. Por su origen divino y su infinita sabiduría, fue aceptada en el consejo de Dioses.

Fue el único miembro entre los Dioses a quien Zeus había concedido el glorioso privilegio de ser en todas las cosas, como él y gozar de sus mismas prerrogativas.

Gracias a esto, ella tenía el poder de prolongar la vida y conceder dicha a los mortales después de la muerte; lo que ella autorizaba era irrevocable.

Desde entonces, Atena fue la protectora del hombre y rival de las fuerzas del mal. Para esta cruzada, seleccionó a un grupo de héroes y semidioses. Perseo fue uno de esos elegidos, gracias a Atena el héroe pudo vencer a la Gorgona y liberar a Andrómeda. En el sitio de Troya sugirió a Ulises y a Diómenes, la manera de vulnerar la defensa de sus enemigos. Guió a Ulises por mares tempestuosos cuando era perseguido por Poseidón. Enseñó a Belerofonte, la manera de domar a Pegaso para vencer a la Quimera.

Más tarde, ayudó a los Argonautas a construir el Argos. Un barco prodigioso, hecho con madera del monte Pelión y en cuya popa, se colocó una imagen labrada con madera parlante del bosque de Dodona, que tenía la virtud de dirigir la navegación y avisar de los peligros, indicando la manera de eludirlos. Cuando la cultura romana y griega sucumbieron, la Diosa con ayuda de su padre Zeus, eligió entre un grupo de jóvenes a quienes tomarían el lugar de Ulises, Perseo, Belerofonte, Hércules y Diómenes.

A estos guerreros se les encomendó la misión de proteger a la Diosa y luchar contra las fuerzas del mal, cuando éstas intentaran apoderarse de la Tierra. Se les conoció como los Caballeros de Atena, y siempre combatían sin armas. Estos Caballeros eran protegidos por una de las 88 constelaciones, existían tantos Caballeros, como constelaciones hay en el cielo.

Se cuenta que con un revés de mano, eran capaces de desgarrar el cielo y que de un sólo puntapié, abrían grietas en la tierra. Desde entonces, cada cien años la Diosa vuelve a la Tierra. Para protegerla, un nuevo grupo de Caballeros con el mismo poder e idéntico valor ha llegado a la Tierra.